Comunicación, ante todo.

Estamos mal acostumbrados a asumir que otros entienden lo que nosotros pensamos o sentimos, muchas veces no es así.  

Olvidamos que, quienes nos rodean, no son adivinos. Es muy fácil asumir que entienden lo que decimos, sentimos o incluso pensamos porque hemos aprendido a comunicar de la manera en que nosotros creemos que es correcto. Este es el detalle: debemos aprender a comunicar para que los demás nos entiendan.

Pero, ¿qué factores debemos tomar en cuenta a la hora de comunicar? Tenemos que tener presente a quién le estamos transmitiendo nuestro mensaje. Esta persona, ¿esta persona es racional o emocional? ¿Le gusta platicar o es una persona seria? El cuestionar quién será el receptor de nuestro mensaje, nos da información que nos ayudará a formular nuestro mensaje. 

Lo único en lo que debemos enfocarnos es en ser más conscientes acerca de lo que estamos transmitiendo constantemente. Sobre todo, lo más importante es tener claro que las personas que conforman nuestro entorno no son adivinos, necesitan que les comuniquemos qué es lo que pensamos y sentimos. Nuestra responsabilidad está en transmitir nuestros mensajes correcta y asertivamente. La comunicación, siempre ante todo. 

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